La Unión Europea (UE) está formada por 27 países y todos estos lugares, cultural y geográficamente distintos, ofrecen diversos incentivos comerciales al abrir una empresa europea.

Aunque la mayoría de los países que se adhirieron a la Unión Europea lo hicieron por la estabilidad económica, cada país sigue reservándose el derecho a adoptar su propia postura empresarial particular y a regular sus prácticas comerciales y su constitución de la forma que considere oportuna. Esto significa que hay oportunidades para que cada empresa se ajuste a sus objetivos y necesidades específicas en función del país en el que decida constituirse.

Las leyes relativas al empleo, los tipos impositivos y de IVA, la creación de la empresa y la legislación bancaria y local son diferentes entre un país y otro. Es importante tener en cuenta estos aspectos a la hora de trazar los planes para establecerse en Europa, analizando cómo afectarán a tu negocio.

En este artículo, desde Abogados Ledesma hablamos sobre algunos aspectos que debes tener en cuenta a la hora de plantearte en qué país europeo establecer tu empresa.

¿Qué país debo elegir para montar una empresa en Europa?

La constitución de empresas en Europa ha ido creciendo en popularidad en los últimos años. Tanto si la motivación es el acceso a nuevos canales comerciales, el deseo de abrir una oficina virtual y beneficiarse de una dirección en el extranjero, el etiquetado de la Comunidad Económica Europea (CEE) y las cuestiones reglamentarias, o la necesidad de una sucursal física, la constitución de empresas en Europa puede resultar atractiva para muchos empresarios. Pero con tantos países, ciudades-estado y municipios entre los que elegir para establecer tu negocio, ¿cuál de ellos escoger?

Consulta a agentes comerciales locales

El tiempo necesario para investigar muchos de estos países y su idoneidad para tu empresa será bastante elevado. Afortunadamente, hay empresas y autónomos que llevan años en el negocio y que entienden las diferentes necesidades de los diversos países y culturas de la comunidad empresarial europea. Emplean a contables y abogados locales que “hablan el idioma” tanto literalmente como en un sentido empresarial.

Estos respetados y experimentados profesionales viven en las comunidades en las que deseas constituir una sociedad y pueden garantizar que dicha constitución en Europa sea rápida, eficaz, económica y sin dolores de cabeza, para que acabes en el país que mejor se adapte a tus necesidades.

Investiga las ventajas y desventajas de cada país

Cada país, así como cada ciudad dentro del mismo, proporciona una serie de ventajas y desventajas comerciales distintas.

En Irlanda, por ejemplo, puedes esperar tus tres primeros años de impuesto de sociedades a un tipo muy atractivo e inmejorable del 0%.

Si los impuestos son algo que te preocupa, Estonia es otro país a valorar, ya que cuenta con unos impuestos bajos y algunas ventajas como la posibilidad de invertir los beneficios en la propia empresa y no pagar las plusvalías correspondientes.

Si necesitas una ruta comercial para acceder a los países europeos y añadir un excelente flujo de ingresos a tu empresa, no puede haber mejor ubicación física para un negocio de importación-exportación que España o Portugal. Las centenarias rutas comerciales establecidas allí siguen siendo uno de los puentes más eficaces de entrada a Europa, pero además existen otras ventajas atractivas para los no residentes.

Y si lo que buscas son facilidades a la hora de poner en marcha la empresa, Dinamarca puede ser tu opción. Se trata de uno de los países con mayor emprendimiento debido a la mayor facilidad para contratar y despedir personal, así como para crear empresas con un bajo capital.

En el norte de Europa encontramos Suecia como otra buena posibilidad, donde destaca la transparencia de información y datos, aspecto que muchos empresarios valoran a la hora de crear un negocio.

¿Y si quiero comprar una empresa ya establecida?

Sea cual sea tu lugar de residencia, si tu deseo es simplemente comprar una empresa ya constituida, que ya haya superado todas las normativas empresariales, tendrás que saber qué país ofrece las mejores ventajas al menor coste.

Dado que simplemente estás comprando una entidad empresarial con un nombre preexistente y un registro ya aprobado por la comunidad burocrática del país en el que está registrada, el conocimiento de tu responsabilidad como propietario de una empresa extranjera es primordial.

En definitiva, la mejor manera posible de elegir el país europeo en el que establecer tu negocio es conocer las características de cada uno de ellos, analizando la información de la manera más detallada y completa posible. Por ello, lo mejor es que recurras a un especialista en la constitución de sociedades en Europa que tenga un vasto conocimiento de los requisitos y reglamentos culturales y comerciales que deben cumplirse en cada país para proporcionarte una presencia comercial exitosa.